Jerez, Cortes de la Frontera o Ubrique son algunas de las ciudades donde se podrá ver la película que narra el genocidio cometido por las tropas franquistas en el poblado serrano entre noviembre del 36 y marzo del 37
El documental La Sauceda, de la utopía al horror se proyectará en seis ciudades diferentes de las provincias de Cádiz y Málaga a lo largo del mes de abril. Todas las proyecciones son gratuitas y abiertas al público en general, en actos organizados por diversas entidades sociales. La primera cita es en Cortes de la Frontera, donde podrá verse el viernes 4, en el salón de actos de la residencia Escolar Río Guadiaro a partir de las 19.00 horas. Organizada por la Universidad Popular y Obrera del municipio malagueño al que pertenecía el poblado de La Sauceda, a la proyección seguirá un coloquio en el que intervendrán Juani Martínez, portavoz de la Universidad Popular, Andrés Rebolledo, presidente del Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar, y Juan León Moriche, director del documental.
A esta proyección le seguirán otras en Jimena de la Frontera, Jerez, Algar, Ubrique y un instituto de secundaria y bachillerato de Los Barrios. Producido por el Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar y la Asociación de Familiares de Represaliados por el Franquismo en La Sauceda y el Marrufo (Afresama), el documental se estrenó el 14 de marzo en la Escuela Politécnica de Algeciras con gran afluencia de público y con la presencia de buena parte de las personas protagonistas del mismo, algunos supervivientes del bombardeo de La Sauceda, e hijos o nietos de desaparecidos o fusilados en el poblado, o el cortijo del Marrufo.
El documental, que dura 58 minutos, dejó una honda emoción en la mayoría de los espectadores, que lo premiaron con aplausos al concluir su proyección. La ovación se hizo más sonora cuando, tras el documental, subieron al escenario buena parte de las personas protagonistas del mismo, algunos supervivientes del bombardeo de La Sauceda, e hijos o nietos de desaparecidos o fusilados en el poblado, o el cortijo del Marrufo.
Explicó su insistencia por vencer las trabas burocráticas y obtener el título, narró cómo se granjeó la amistad del cabo y de algunos soldados que le vigilaban en el campo donde estaba prisionero y contó cómo con ayuda de ellos el día del examen pudo cambiar su uniforme de preso por otro de soldado. Hilarante fue la escena en la que contó como se cameló al profesor que lo examinaba, que lo aprobó pese a sus lagunas en la parte práctica del examen de química, conmovido cuando el preso republicano disfrazado de soldado de la España victoriosa le dijo que cómo iba a suspender a un hombre que había arriesgado su vida por la patria. El remate fue su vuelta al campo de prisioneros cuando el capitán le dijo al sargento: pobre Manuel, pensaba que iba a aprobar y seguro que lo han suspendido cuando lo han visto con el uniforme de preso.



Foro por la Memoria