Una mujer y dos hombres, todos vecinos de Algeciras, han registrado esta mañana en las oficinas del Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y el Gobierno central peticiones por escrito para que las autoridades localicen y promuevan la exhumación de los restos de sus familiares que fueron asesinados en 1936 a manos de las tropas franquistas.
Juana Domínguez Ortega, Vicente González Arana y Eduardo López Rodríguez son los firmantes de las solicitudes registradas, en las que dan los nombres, edad y circunstancias en que sus antepasados fueron fusilados y hechos desaparecer. Los testimonios y recuerdos conservados en sus familias indican que es muy posible que los restos de sus familiares fusilados estén en algunas de las fosas comunes del cementerio municipal de Algeciras, en cuya tapia sur se hicieron en 1936 y años siguientes la mayoría de los cerca de 300 fusilamientos cometidos por las tropas de los sublevados en esta ciudad.
Fernando Ortega Rodríguez es el nombre del abuelo materno de Juana Domínguez Ortega, una de las vecinas algecireñas promotoras de esta iniciativa. Y Antonio Ortega Rodríguez era hijo del primero y tío materno de Juani. Ambos fueron fusilados por los sublevados contra la democracia. Antonio tenía veinticuatro años, era corchero de profesión y fue fusilado el 1 de diciembre de 1939 en Algeciras. Como forma de extorsión para que su hijo se entregara, Fernando, su padre, que también era corchero de profesión, había sido detenido antes, fusilado y hecho desaparecer en la fosa del cementerio de Algeciras. Su hijo Antonio pudo ser enterrado en un nicho propiedad de la familia. Otros tres familiares de Juani Domínguez fueron fusilados en 1937, todos en Málaga: sus abuelos paternos y una hermana de su abuela. El testimonio de los padres y tíos que Juani Domínguez ha escuchado en su familia desde siempre está confirmado por las investigaciones de los historiadores que colaboran con el Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar.
Lorenzo López Rodríguez era hermano del padre de Eduardo López García, otra de las personas que requiere de las autoridades que localicen a sus familiares. Lorenzo López era un trabajador de 23 años que en 1936 vivía con su madre y cuatro hermanos en una casita de los bajos de la plaza de toro de La Perseverancia, pegando al chiquero, en Algeciras. Era secretario local del Partido Socialista Obrero Español. Una tarde del verano de aquel año, poco después del golpe de Estado que triunfó desde el primer día en esta ciudad, Lorenzo volvía hacia su casa cuando fue abordado y detenido por un grupo de falangistas en la calle Matadero. Lo llevaron a la cárcel de Escopeteros, en la calle Convento. Al cabo de unos días, a su madre, que iba cada día a visitarlo, le dijeron que no volviera por aquel sitio porque allí no estaba su hijo. Lorenzo López Rodríguez figura en la relación de fusilados y desaparecidos que elaboró en 2012 el Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar tras investigar en archivos municipales y registros civiles de la comarca y archivos militares de todo el país.
José González Couto era padre del padre de Vicente Arana González, otro de los algecireños que quiere localizar a sus familiares. José González era un marinero gallego afincado en Algeciras desde los años 30 del siglo pasado. Trabajaba como contramaestre de un barco de pesca que iba al caladero marroquí. El golpe de estado, triunfante aquí desde el mismo 18 de julio de 1936, pilló al buque en el que trabajaba en alta mar. A su regreso, estando en el bar Alfonso en compañía de otros pescadores gallegos, apareció un antiguo compañero de tripulación vestido de falangista con el que se enredó en una discusión. A los pocos días, cuando José tenía que embarcarse para una nueva marea, desapareció y nunca más se ha vuelto a saber de él. Así lo sabe la familia de Vicente por el testimonio de su abuela Mercedes y de su padre, Leonardo.
El nombre de José González Couto no figura en la documentación que manejan los investigadores del foro, cosa que es normal, como bien saben los historiadores y familiares de las víctimas. En la época del terror caliente, entre julio del 36 y marzo del 37, en la que los golpistas no hacían juicios ni registraban por escrito las órdenes de matar, los fusilamientos fueron tantos que para saber la cifra exacta de los muertos hay que multiplicar por tres la conseguida por registros documentales. El foro elaboró en 2012, en base a las investigaciones realizadas en los registros civiles, los archivos municipales y los archivos militares de diferentes lugares de España, una relación que incluye a 178 personas, en su mayoría asesinadas en Algeciras, y también a algecireños fusilados en otros puntos de Cádiz y Andalucía. Por eso, haciendo caso a las recomendaciones de los historiadores, podemos calcular que en Algeciras los fascistas asesinaron a sangre fría a más de 300 personas.
El foro espera y desea que las autoridades competentes promuevan las tareas necesarias para localizar las fosas comunes donde están los restos de los fusilados en esta ciudad, hacer las prospecciones necesarias y, en el caso de que san positivas, exhumar los cadáveres que se encuentren para su posterior identificación mediante los análisis comparativos de su ADN con el de sus descendientes.
Las peticiones de los tres ciudadanos están amparadas por la legislación vigente. La Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía, de 28 de marzo de 2017, su artículo 9, sobre el procedimiento para actividades de localización, exhumación e identificación de restos de las víctimas del fascismo, se dice que este procedimiento se incoará de oficio por la Consejería competente en materia de memoria democrática; a instancia de las entidades locales, en el ejercicio de las competencias que les son propias o a instancia del
cónyuge de la víctima, o persona ligada por análoga relación de afectividad, sus descendientes, sus ascendientes y sus colaterales hasta el tercer grado.
La Ley 52/2007, de 26 de diciembre, conocida por la Ley Zapatero, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, dice que las administraciones públicas establecerán el procedimiento y las condiciones en que los descendientes directos de las víctimas o las entidades que actúen en su nombre puedan recuperar los restos enterrados en las fosas correspondientes, para su identificación y eventual traslado a otro lugar.
La Junta de Andalucía aprobó el pasado mes de marzo realizar una serie de actuaciones en materia de memoria histórica en toda Andalucía. Entre ellas, la indagación, localización y delimitación de fosas comunes en Algeciras y otras localidades de la provincia de Cádiz, como Ubrique y Medina Sidonia. Así lo publicó el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) en su número 55 del 22 de marzo pasado. El foro espera que pronto veamos en el cementerio de Algeciras al georradar, aparato con que los técnicos realizan las referidas tareas aprobadas por el Gobierno andaluz. Será una buena noticia para estas tres familias algecireñas que quieren recuperar los restos de sus abuelos o tío y también para la salud democrática de toda la sociedad. La memoria es indispensable para la vida de los individuos, también para la de los pueblos.
Sep 29 2022