La sala cultural La Revuerta, de Algeciras, tiene abierta al público la exposición Los caminos de los prisioneros, un conjunto de doce paneles en los que se explica cómo 30.000 presos políticos, a pico y pala y sufriendo todo tipo de penalidades, hicieron las obras del llamado Plan de Fortificaciones del Estrecho entre 1939 y 1945.
Esta exposición, creada por el Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar, va a estar toda la semana próxima en La Revuerta, donde, además, se proyectarán dos documentales producido por el foro. El primero es La noche más larga, que cuenta cómo fueron la guerra y la represión en el Campo de Gibraltar y que podrá verse el miércoles 25 a partir de las seis de la tarde; el segundo es La Sauceda, de la utopía al horror, que podrá verse el viernes 27 también a partir de las seis de la tarde. Sendos coloquios con los promotores de los documentales sucederán a las proyecciones.
La exposición de ayer se inauguró con un coloquio entre los asistentes al acto en el que participaron dos miembros de la directiva del foro: Juan León Moriche y Juan Manuel Pizarro Sánchez. Moriche habló sobre la importancia de la memoria como algo imprescindible para la vida de las personas y de los pueblos, de por qué existieron en España presos esclavos utilizados en las obras públicas y privadas a partir de 1939 y cuál era la finalidad de las obras que aquí se construyeron. Pizarro habló de la procedencia de los presos, de las dificultades de su vida cotidiana y de todo lo que fueron obligados a hacer como esclavos: Más de 400 kilómetros de carreteras y carriles, una red de búnkeres, nidos de ametralladores, emplazamientos de grandes cañones y piezas de artillería, instalaciones militares, puentes, apeaderos para el ferrocarril, barracones, túneles, polvorines, hospitales, centrales de energía, muelles, o tendidos eléctricos. Todo ello en un país destrozado por la guerra que acababa de terminar, una guerra en la que había muerto más de un millón de personas, en la que medio millón se tuvo que ir al exilio y tras la que el hambre azotaba a centenares de miles de viudas y huérfanos. Y en ese escenario, la ambición del dictador que había provocado la guerra y que había acabado con la democracia tenía ahora otro objetivo: entrar en la Segunda Guerra Mundial del lado alemán para conquistar Gibraltar, apoderarse de todo Marruecos y cerrar el Estrecho a la navegación de Inglaterra y Francia.
Las personas que asistieron al acto participaron en un coloquio muy animado sobre la importancia de la memoria, las secuelas de la dictadura y la necesidad de recordar a los prisioneros esclavos porque, entre otras cosas, fruto de su trabajo hoy los campogibraltareños disfrutan de una red de carreteras y carriles hechas con el esfuerzo de todos ellos.
Fue un acto organizado por La Revuerta en colaboración con el Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar, que está desarrollando un proyecto sobre los caminos de los prisioneros que está financiado por la Dirección General de Memoria Democrática del Ministerio de la Presidencia.