Celebrado en el cementerio de la Sauceda el homenaje a las víctimas de la represión, con el entierro digno de los 28 cuerpos exhumados de fosas comunes del Marrufo

El sábado 1 de diciembre de 2012 se celebró en el recién rehabilitado cementerio de la Sauceda, situado en el término de Cortes de la Frontera (Málaga), el homenaje a las víctimas de la represión fusiladas sin formación de causa en el Valle de la Sauceda en el otoño-invierno de 1936-37. En este acto, organizado por la Asociación de Familiares de Represaliados por el Franquismo de la Sauceda y el Marrufo y el Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar, en colaboración con la Junta de Andalucía y la empresa Festina, se procedió al entierro digno de las 28 víctimas cuyos restos fueron exhumados este verano de fosas comunes de la finca del Marrufo, ubicada en las proximidades aunque en el término de Jerez de la Frontera (Cádiz), en el límite con los de Ubrique, Jimena de la Frontera y Cortes de la Frontera, en la confluencia de las provincias de Cádiz y Málaga.

La ceremonia, que contó con una muy nutrida asistencia de público que llenó por completo el recinto, lo abrió el presidente de la asociación de familiares, Andrés Rebolledo Barreno, quien dio la bienvenida a los asistentes e invitó al alcalde de Cortes, Antonio Granero González, y al director general de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, Luis Naranjo Cordobés, a que descubrieran una cerámica conmemorativa instalada en el centro del cementerio con la siguiente leyenda: “Valle de la Sauceda. Donde talaron vidas, sueños e ilusiones retoñan la memoria y la justicia”.

Seguidamente hizo uso de la palabra el alcalde de Cortes, quien señaló que este acto era una deuda que estaba pendiente en el valle de la Sauceda.

Por su parte, el director general de Memoria Democrática expresó que éste era un día histórico y consideró que las víctimas fueron al mismo tiempo “resistentes”. Además, encomió todo el proceso de investigación y exhumación desarrollado este verano en el Marrufo, al que calificó de ejemplar.

Por su lado, Andrés Rebolledo leyó el siguiente manifiesto:

“Alcalde, director general, autoridades y vecinos: Queremos daros la bienvenida y agradeceros el apoyo recibido durante este proceso, en especial a los familiares que han sido nuestro pilar durante todo este proceso.

La Sauceda comienza a despertar de un letargo de mas de 76 años, ese es el principal logro de este día. Eso ya no tiene revés ni marcha atrás.

Estoy profundamente emocionado y orgulloso de estar entre estas dos personas, Juana y Simón, fieles e incondicionales desde el principio de esta lucha. Representantes tambien de todos los familiares hoy presentes en este lugar de memoria. Sin ellos no habríamos llegado hasta aquí.

Hoy es un gran día y cerramos una parte importante de un ciclo necesario para todo ser humano. Ha sido largo el camino recorrido hasta ahora y no exento de dificultades. De no haber sido por la unidad, el empeño y la constancia de todos los que hemos hecho posible este logro no estaríamos donde estamos en este momento.

Son muchos los pensamientos, sentimientos y emociones que nos invaden en el día de hoy. Tristeza, frustración, impotencia, pero a la vez estamos satisfechos y orgullosos de haber recuperado la memoria y la dignidad de aquellos padres y madres que soñaban con dar un futuro mejor a sus hijos.

Hoy no es motivo de alegría ya que fue mucho lo que se perdió en aquel fatídico año de 1936. Quedaron huérfanos y viudas, quedó el miedo, la falta de libertades, la represión, el hambre y todas las secuelas de una brutal dictadura como la que vivieron nuestros familiares y aquellos que hoy nos acompañan.

Quiero hacer especial homenaje y reconocimiento a todos ellos por su tesón, constancia y sobre todo por la dignidad que han mantenido durante más de siete décadas sin olvidar a sus seres queridos que les fueron arrebatados, humillados, torturados y fusilados en este valle, por defender y creer en los valores de la República, la libertad y la democracia.

Son ellos también los que pusieron la semilla de este fruto, transmitiéndonos que perdieron a sus seres queridos y que de alguna manera había que conseguir hacer justicia y reparar semejante daño.

Fue por ello por lo que nos pusimos manos a la obra en este proyecto de investigar lo ocurrido, de localizar las fosas, de exhumar los cuerpos indignamente enterrados y de sacarlos del olvido para hoy, en este lugar de memoria, depositarlos dignamente.

Queremos hablar hoy en nombre de ellos y condenar pública y enérgicamente los brutales asesinatos ocurridos en este valle de la Sauceda y en todo el territorio nacional por parte del régimen de Franco.

Condena que todavía estamos esperando desde hace más de 30 años por parte de nuestros gobernantes en el Congreso y en los parlamentos autonómicos.

¿Cómo se puede querer conseguir una sociedad justa e igualitaria con esta asignatura pendiente y con la impunidad que aún impera?

¿Cómo queremos ser un país de primera en una Unión Europea sin haber resuelto lo que resolvieron en los demás países después de la II Guerra Mundial?

Todos los fascistas de aquella época aliados de Franco fueron condenados, reparándose todas sus atrocidades y creándose una sociedad que mira al futuro. Nosotros todavía estamos inmersos en esa injusticia y en esa impunidad.

Luis Naranjo durante su intervenciónEste país está en deuda con las víctimas y no entendemos cómo puede haber víctimas de primera y segunda categoría. Tenemos el mismo derecho a la justicia y a la reparación.

Nosotros seguiremos exigiendo verdad justicia y reparación, no aceptando la ley de punto y final. Los crímenes aquí cometidos y en todo el país, no pueden prescribir, son crímenes de lesa humanidad penados por las leyes internacionales, firmadas también por este país.

Son 28 los cuerpos localizados en esta fase, siete de ellos mujeres, todos ellos con signos de violencia y tenemos constancia por testimonios e investigaciones que son muchos más los asesinados en este valle.

Seguiremos trabajando dentro de nuestras posibilidades para la localización de las demás fosas aunque pensamos que esta labor es responsabilidad de las administraciones y es triste que tengamos que ser los familiares los que con nuestro esfuerzo lo hagamos.

Estos 28 serán la representación y el símbolo para siempre de todos aquellos que todavía se encuentran arrojados indignamente en fosas comunes regadas en este valle.

Como veis hoy reluce la bandera republicana en este lugar. No olvidemos que esa misma bandera ondeaba legítima y democráticamente en aquel año en todo el territorio nacional y fue por ella por la que lucharon tantos milicianos republicanos por conservar los valores de la libertad, la fraternidad y la solidaridad. Es por ello por lo que hoy queremos que esté en este acto homenaje con nosotros y con quienes la defendieron.

Quiero hacer mención especial a Miguel Rodríguez Domínguez, nieto de desaparecido en este valle que con su apoyo económico hemos logrado realizar este proyecto y la rehabilitación de este cementerio. No ha podido venir por razones de trabajo y envía sus disculpas por ello.

Para finalizar, queremos hacer un especial reconocimiento a todo el equipo técnico, arqueólogos, antropólogos, topógrafos, historiadores, investigadores, colaboradores, voluntarios, simpatizantes y familiares que durante estos últimos meses han contribuido con su esfuerzo conseguir este logro y que estos objetivos se hayan hecho realidad.

Gracias por vuestro apoyo.

Viva la República”.

Tras la lectura de este manifiesto, se desarrolló la ceremonia de entierro digno de las 28 víctimas exhumadas en el Marrufo. En un ambiente de gran emoción y respeto, distintos familiares y colaboradores portaron las cajas en las que se depositaron de manera individualizada cada uno de los cuerpos, a los que se ha dado una numeración correspondiente con la ficha elaborada por los antropólogos físicos. Estas cajas fueron introducidas en un modesto mausoleo recién construido para esta finalidad. En la fachada de esta construcción se ha colocado una cerámica con los nombres de medio centenar de personas que fueron fusiladas en el Marrufo y su entorno próximo y que han podido conocerse gracias a los testimonios personales de sus descendientes y a documentación de archivo.

Familiares de represaliados portando los restosEstos restos humanos fueron exhumados durante las excavaciones arqueológicas dirigidas en los meses de julio a septiembre por el arqueólogo Jesús Román Román. Fueron localizados en siete fosas comunes en la finca del Marrufo.

Estos cuerpos fueron trasladados a primera hora de la mañana al cementerio desde la Casa Verde de Jimena, donde los antropólogos físicos Juan Manuel Guijo y Juan Carlos Pecero han efectuado los últimos estudios científicos, complementarios de los realizados a pie de fosas.

Tanto de estos cuerpos como de distintos familiares se han extraído muestras para la realización de las pruebas de ADN, tarea que se está realizando en el laboratorio NBT de Bollullos (Sevilla).

Cabe recordar que estos restos humanos corresponden a personas que fueron enterradas clandestinamente en el mencionado cortijo, tras ser éste ocupado a comienzos de noviembre de 1936 por cuatro columnas sublevadas contra la República en una acción combinada. Previamente, la Sauceda y el Marrufo se habían convertido en el último lugar de resistencia republicana, como refugio de cientos de familias residentes y de otras muchas procedentes de distintos núcleos de los alrededores (Jimena, Cortes, Algar, Alcalá de los Gazules, San José del Valle, el Mimbral, Ubrique), que huían del avance de las tropas rebeldes. Tras ser tomado, el Marrufo se convirtió en un acuertelamiento al mando del jefe de la Guardia Civil de Ubrique, José Robles Alés, que hizo de esta finca un centro de detención, tortura y fusilamientos. La combinación de testimonios orales de descendientes de las víctimas y de investigaciones de archivos indica que en todo el Valle de la Sauceda (entorno en el que se ubica el Marrufo) pudieron ser fusilados sin formación de causa varios cientos de personas entre principios de noviembre de 1936 y finales de febrero de 1937.

El proyecto de exhumación de las fosas del Marrufo estuvo coordinado en su conjunto por Andrés Rebolledo Barreno, presidente de la asociación de familiares, con Fran Gómez como adjunto, y el equipo técnico lo formaron Jesús Román Román, coordinador de las actuaciones arqueológicas; Juan Manuel Guijo, responsable del estudio antropológico físico; Manuel Castro Rodríguez, responsable de los trabajos topográficos; y Fernando Sígler Silvera, coordinador de las investigaciones históricas.

Las obras de rehabilitación del cementario de la Sauceda (que había quedado en desuso en la década de los años sesenta del siglo XX) han sido financiadas por el grupo Festina.

Este proyecto tendrá su continuidad con la edición de un libro, la realización de una exposición itinerante y la construcción de la Casa de la Memoria en Jimena.

Además, la iniciativa de localización de nuevas fosas comunes tendrá  su continuación en 2013, una vez que la Dirección General de Memoria Democrática confirme la resolución provisional de concesión de subvención al Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar, que presentó un proyecto de localización de fosas y, en su caso, de exhumación, en el valle de la Sauceda.

Poema

Tras la lectura del manifiesto, Andrés Rebolledo leyó el siguiente poema escrito por Luis García Bravo, en el que se alude al acebuche que preside la zona de donde fueron exhumadas las víctimas del Marrufo:

“Acabuche que creciste
contemplando la tragedia
de mujeres y de hombres
vilmente asesinados.
Dime, compañero,
¿acaso tú sabes
de mi abuela,
aquella del moño
recogido con peineta.
¿Qué delito cometió
para que con alambres
sus muñecas ataran,
la asesinaran y arrojaran
a la oscura fosa?
Yo, compañero, solo sé
que amaba la Libertad
y que cuando el disparo sonó
tu abuela gritó:
«¡Viva la República!
¡Y viva la Libertad!»”.

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