ApuntaNoticias – 17/08/2012 – J.M León Moriche
Jimena de la Frontera tendrá el año que viene una Casa de la Memoria, un espacio para el recuerdo, el estudio, la investigación y la difusión de todo lo que tiene que ver con la memoria de todos los demócratas que lucharon y murieron por la República y las libertades del pueblo español y fueron víctimas de la represión franquista.
La casa será la sede de una fundación que se centrará en los estudios de la memoria democrática en la provincia de Cádiz y Andalucía. La casa albergará, entre otras cosas, una exposición permanente sobre la historia de La Sauceda y El Marrufo. Andrés Rebolledo, presidente del Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar, afirma que será una casa llena de actividad que redundará en la lucha contra la impunidad, en la lucha contra el olvido y la tergiversación de la historia que durante décadas se impuso en España. “Será una lucha para que resplandezca la verdad”, añade.
Esta Casa de la Memoria va a estar en la calle Sevilla, junto a la actual Casa Verde de Agaden, y a poco más de 20 metros del Ayuntamiento. Es decir, en el casco histórico, en la esquina que antiguamente era la ferretería del pueblo, un lugar muy conocido y frecuentado por los jimenatos durante años que llevaba ya un tiempo cerrada y deteriorándose. La casa la ha adquirido Miguel Rodríguez, empresario linense propietario de Festina y miembro de la Asociación de Familiares de Represaliados en La Sauceda y el Marrufo. Él es también quien está pagando las obras de reconstrucción y acondicionamiento del edificio, cuya primera fase tiene un presupuesto 40.000 euros, y que se espera que estén acabadas en junio de 2013.
El edifico, que es de tres plantas, tiene más de 300 metros cuadrados de suelo útil y tres entradas. En su interior habrá un centro de documentación y bibliografía, una sala de conferencias, una sala de exposiciones, una sala de reuniones, oficinas, almacén, patios y otras dependencias.
Varios especialistas han elaborado los proyectos que darán contenido y actividad a la casa. El documentalista e historiador José Manuel Algarbani ha elaborado el proyecto para el sistema de gestión documental que servirá para organizar, conservar y difundir toda la documentación histórica recopilada y generada en la casa. El objetivo es poner en valor progresivamente una biblioteca que debe llegar a ser la mejor biblioteca de temas memorialísticos que exista. Algarbani asegura en su proyecto que este centro debe coordinar su gestión con el de otras instituciones educativas, sociales y culturales, asesorándolas y apoyándolas. El centro de documentación debe servir a historiadores, investigadores, estudiantes, profesores y todo tipo de usuarios de los servicios propios de un centro de documentación.
El historiador Fernando Sígler y el investigador Luis García Bravo también han aportado sus ideas para el funcionamiento y los contenidos de la Casa de la Memoria. Estará dirigida por un patronato y tendrá un personal que atienda el día a día de su funcionamiento y una serie de voluntarios que colaborarán con sus actividades. El centro de documentación tendrá un fondo bibliográfico y hemerográfico sobre la memoria histórica, con una partida presupuestaria para la adquisición de novedades y la recepción de bibliografía procedente de donaciones públicas y privadas.
El fondo documental estará integrado por donación de documentos originales de archivos personales, reproducción digitalizada de documentos de archivos públicos sobre memoria histórica; reproducción digitalizada de fondos hemerográficos de interés para la memoria histórica; un fondo documental de testimonios personales relacionados con la memoria histórica; grabaciones sonoras, documentación audiovisual; y fondos de trabajos audiovisuales (fotografías, documentales, cortos, películas, presentaciones informáticas).
La Casa de la Memoria difundirá las investigaciones desarrolladas a través de un boletín anual de actividades, una revista anual impresa de contenido científico, con aportaciones propias y ajenas, monografías y la publicación de las actas de los congresos bienales de investigadores sobre memoria histórica.
También establecerá programas mensuales de actividades culturales: conferencias, presentaciones de libros, debates, mesas redondas, actividades didácticas con centros escolares e institutos, y un programa de exposiciones periódicas.
Está también prevista la organización de un certamen que premie cada año al mejor trabajo de investigación sobre la memoria democrática en Andalucía. Andrés Rebolledo asegura que otra idea a poner en práctica es la de establecer una colaboración permanente con la asociación Papeles para la Historia, la Memoria Histórica Jerezana, el Instituto de Estudios Campogibraltareños y entidades similares.
“Hay que llenar de actividad la casa para que investigadores, historiadores, familiares, políticos, visitantes o turistas vean las exposiciones o consulten la documentación, los archivos, o la biblioteca especializada en la memoria democrática”, afirma Rebolledo y concluye: “Va a ser un espacio para el recuerdo, sobre todo de las víctimas del franquismo, pero también un centro social abierto para todos los que queremos un mundo mejor, para todos los que sabemos que para construir un buen país primero es necesario recuperar la memoria”.